Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo
lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si
hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad
Filipenses 4:8
El apóstol Pablo se encuentra en la cárcel esperando un juicio que incluso le puede llevar a la muerte. Pero contrario a todo lo esperado en tales circunstancias, no solo siente paz en tan difíciles momentos, sino que aun es capaz de motivar a otros a vivir y experimentar tal estado.
La cárcel en la antigüedad era el lugar donde se esperaba el juicio y no donde se cumplía la pena, por lo mismo, era un tiempo de mucha incertidumbre respecto al futuro. Hacer un llamado al gozo y la paz desde la tranquilidad del hogar, sin duda que no tienen la misma potencia cuando la expresa alguien que ni siquiera tiene certeza respecto a si en un tiempo cercano estará con vida. Sin duda que esta paz, era el obrar de Dios en su vida, pero también el resultado de una actitud que permitía que esa paz fuera algo real en él.
En estos días el gobierno anunció un plan que apunta a tratar los graves problemas que esta pandemia está trayendo sobre la salud mental y emocional de las personas. Por eso es tan pertinente que atendamos al consejo de quien en medio de un encierro no voluntario y sin certeza del futuro, lo pudo enfrentar con paz y gozo en lugar de angustia. Estos versículos que hoy inspiran esta reflexión nos hablan de la importancia que tiene nuestros pensamientos a la hora de disfrutar de la paz de Dios. Sabemos que, en el ámbito de nuestra salud física, una dieta saludable puede marcar una diferencia. Podemos orar con intensidad para que Dios regule nuestra presión arterial o nuestros niveles de colesterol, pero nada sucederá si no evitamos los alimentos que sabemos que nos afectarán de manera negativa.
De igual manera ocurre en el ámbito emocional y espiritual, además de pedir por que la paz de Dios inunde nuestros corazones, también tenemos que revisar cual es el alimento principal de nuestra mente. El apóstol Pablo nos da los ingredientes de una dieta saludable para nuestros pensamientos. Debemos alimentarla de todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Difícilmente la paz de Dios será una realidad en nuestra vida, si la mayor parte del tiempo nos estamos alimentando de todo lo contrario que se señala en este listado.
Las redes sociales y la televisión son justamente lo que mas alimenta nuestra mente, pero difícilmente podamos encontrar algo de esta lista de alimentación saludable que nos señala el apóstol Pablo.
Una dieta saludable
Para reflexionar:
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¿Recuerdas algún momento complejo donde la paz de Dios inundó tu corazón?
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¿Cuánto tiempo de tu día lo dedicas para alimentar tu mente con cosas saludables?
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¿Qué cambios crees que debes hacer en tu dieta mental y emocional de acuerdo al listado del apóstol Pablo?
Pr. Alejandro Almonacid Z.